martes, 31 de julio de 2012

Mi Bolívar y el de ahora



Por supuesto no soy historiadora, pero venezolana de pura cepa, que estudió los textos escolares que en aquellos años 70’s eran el “coco” de muchos a quienes no les gustaba la historia. Yo no estaba entre ellos.
Los años pasan y el gusto por la historia patria más que perderse se agranda y curiosa reviso impresos e internet con bastante frecuencia.
Hace un par de años el ejecutivo venezolano ordenó una  investigación sobre las causas de la muerte de nuestro Padre de la Patria, bajo la sospecha de una supuesta muerte por envenenamiento. Lo que originó la exhumación del cuerpo de El Libertador.
 De esa investigación, con toda la moderna tecnología a la disposición (que no se usa en la investigación de los tantos crímenes que ocurren diariamente en Venezuela) se emprende entonces un reconocimiento antropológico  que aunado a un estudio morfológico, arrojan a un Bolívar que en principio sorprende por su tez más criollizada de nariz más ancha y pobladas cejas.
Aclarando que no voy a poner en duda la experticia de quienes realizaron estos estudios, solo pudo dudar de las intenciones detrás del mismo, ya que para la época no solo de su  Gloria sino también de su descrédito, no hubo retratista, famoso o no, que no quisiera plasmar su rostro y porte en un lienzo, por lo que han quedado numerosas imágenes que  se conservan a lo largo y ancho de la América y del mundo
 De estas obras de tan diversas manos, nos ha quedado un gallardo y muy blanco Simón, hijo de criollos de la más probada sangre pura española, de nariz aguileña como la viva estampa de sus antepasados,  nobles y grandes hombres de armas, que vinieron a poblar los reinos de la América recién descubierta y reclamada por la corona como su territorio.
 Es este el Bolívar que libertó luego el continente de sus propios ancestros, quien ahora posee una ancha nariz, pobladas cejas, con el rosto y ojos marcado por arrugas, tal vez pensadas en función a sus grandes retos y hazañas, pero sin rastros de canas, quien sabe si atribuido a la temprana edad en que murió.
Es este “nuevo rostro” del Libertador el que ha generado toda una suerte de críticas positivas y negativas por las presunciones que se hacen de las razones por las cuales fue ordenado su estudio. Muchos aseguran que fue un intento desesperado por acercar la imagen a los antojos del Presidente venezolano y otros mas indulgentes hablan de los éxitos de la ciencia forense venezolana (insisto, que necesitamos esta ciencia nueva para la solución de los miles de crímenes que al año se cometen en el país).
Pero para ser franca, esta nueva imagen es muy parecida a la que ya teníamos.
 Por eso, yo me quedo con los retratos de los grandes pintores coloniales, esos que persiguieron la vida del Padre de la Patria, los que lo conocieron, vieron y auparon sus hazañas, los que conversaron con él, lo que capturaron la esencia del gran hombre, del estadista, del guerrero, del político, pero también el ser humano que fue, que amó, que bailó, que enamoró y que en la historia dejo enormes rastros de sus pasos.
Mi Bolívar nunca fue un desconocido.. Yo siempre supe como era su cara.

miércoles, 25 de julio de 2012

En Honor a mis hijos y a mi Familia


Ya pasados unos días del infortunado comentario, uno de mis hijos me pregunta si tengo algo escrito en respuesta a la frase tan comentada del Comandante Presidente de mi país, que soltó desde su hemorrágico verbo “el que no es chavista no es venezolano”, cosa que indignó profundamente a una enorme cantidad de gente y en mi casa a mis hijos muy especialmente.
En los últimos años, y como resultado de nuestra mudanza a Colombia, he notado que la venezolanidad en mi familia se ha exacerbado, no porque no se sintieran antes más venezolanos que nadie, es que la nostalgia de la tierra hace que se extrañen los quesitos de mano, la cachapa con chicharrón en las carretas, la arepa (que aunque aquí se comen muy ricas, el toque a la venezolana es otro), los amigos, el Ávila, Bahía de Cata y Ocumare de la Costa, y tantos recuerdos y vivencias que se vienen a la mente en cada lugar, con cada comida, con cada historia de infancia.
Casi simultáneamente, otro de mis hijos, que está incluso lejos de Colombia y Venezuela, me escribe pidiendo que reclamara en nombre de ellos, porque, parafraseando sus palabras, me reclama: tanto aprendernos el árbol genealógico, que si Ñita de Upata, que si la otra abuela que nació en la Isla del Burro (Lago de Valencia), que si somos de Maracay y de Caracas, para que me vengan a decir que ¡no soy venezolano!
Y tienen razón, no porque incluso podamos contar en mi familia generaciones ancestrales de nacidos en todos los rincones del país, ni porque mis abuelos y tíos hayan dado batalla contra dictaduras pasadas y sus padres antes que ellos. Es que somos venezolanos porque mi partida de nacimiento así lo dice, y las de mis hijos, y las de mis padres y la de mi esposo, y porque nos sentimos parte del suelo que una vez vio nacer al Libertador, porque nos arrullaron con nuestro himno nacional, ese “Gloria al Bravo Pueblo” que me saca lágrimas de emoción, porque las primeras luces las vimos en suelo venezolano, porque nuestro corazón es tricolor con estrellas.
Entonces me uno al reclamo de mis hijos y pongo por escrito “Soy venezolana” y eso no va supeditado a ningún partido y tampoco unas palabras infelices al viento me lo van a quitar.
Aprovecho para dejarles un pedacito de esa canción que dice mucho de la venezolanidad:
El que nace en Venezuela
ya lo vamos preparando al decir venezolano
ya lo dice uno cantando.
El secreto, compañero,
es algo muy personal:
que arrullamos a los niños
con el Himno Nacional.
(Venezuela habla cantando. Autor: Conny Méndez)

miércoles, 18 de julio de 2012

Libertad de Expresión


 El gran tema de todos los gobiernos democráticos y bandera de las democracias más auténticas es la consagración en primer término del derecho al voto pero sin duda la que se esgrime con más audacia y elocuencia es la libertad de expresión.
Se habla mucho de la libertad de prensa, del derecho que tienen los medios de comunicación, periodistas incluidos, a transmitir la noticia o suceso, a comentar del acontecer político y económico de las naciones donde trabajan y de otras que tengan un interés especial.
Estos profesionales, estos medios y sus juntas directivas (porque al final son empresas) tienen opiniones que se dejan “colar” muchas veces en los escritos o transmisiones, cosas que definitivamente es inevitable (porque están conformadas por seres humanos) y que en muchos casos es regulada por los gobiernos que exigen “imparcialidad” o por lo menos equidad en las noticias que de ellos emanan.
En otros casos se evidencia la parcialidad expresa ya sea en pro del gobierno de turno o completamente contrario a él.
Hasta aquí vamos relativamente bien. La libertad de expresión es “garantizada” por todos los gobiernos democráticos.
 Pero he notado una tendencia cada vez más creciente pero indudablemente dañina, sobre todo dentro de las redes sociales, a tratar de limitar, a toda aquella persona que no sea político o periodista, que exprese opiniones o criterios que apoyen su pensar político o social.
Para ser mas clara, si un actor o actriz, un cocinero o cualquier otra persona que incursione en el medio artístico, o un ama de casa, un estudiante, solo por nombrar algunos, expresa su apoyo abierto a Capriles o critica al gobierno de Chávez, tiene inmediatamente una respuesta insultante, descalificadora y expresiones como “que sabes tu si eres simplemente…” se leen de manera frecuente.
 Perdonen señores, pero mientras tengamos voz, pensamiento y fuerzas, aunque sea  el último aliento, tendremos el derecho universal de expresar lo que pensamos, consagrado en todas las convenciones internacionales.
En viva copia del discurso del Comandante Presidente, los insultos y descalificaciones a todo el que suene opositor no se hacen esperar. Palabras con “majunche”* o la vieja “escuálidos” se repiten sobre todo del lado de los partidarios del gobierno chavista en claro insulto a quienes consideran opositores al sempiterno candidato.
Y es que como siempre que escribo, quedo con más interrogantes que afirmaciones. ¿Será que solo un bando se cree con el poder de la verdad? O quieren transformar esa gran mentira en una verdad falsa.
Con insultos, me permito si afirmar, que no se logra.
Convenzamos con palabras y acciones. Con el derecho a opinar y dejar opinar. Refutemos con argumentos, son más fuertes que las descalificaciones.
 Los ídolos que basan su triunfo en descalificar y subestimar a su adversario solo son ídolos con pies de barro.

miércoles, 11 de julio de 2012

Ojos que no ven


Ya me he referido a esto en otras oportunidades, pero quiero hacerlo nuevamente por lo que este fenómeno me llama muchísimo la atención

“El Presidente no sabe”
 Esta frase se oye con mucha frecuencia cuando entrevistan a ciudadanos que simpatizan con el Comandante pero que padecen de los graves problemas o desidias de su gobierno.
Cosas como mi “Presidente Chávez no sabe que no nos han cumplido lo prometido” ó “no sabe que aquí no llega el agua” o  “sus ministros lo tienen engañado” son las cosas que aquellas personas, tal vez las mas engañadas con la retórica de promesas que ven el televisión, quieren seguir creyendo.

“Si Chávez supiera”
Con esta frase también encabezan las miles de quejas y críticas a la situación en la que viven o su situación laboral, muchísimas personas que a diario son consultadas por los distintos medios de comunicación, en las tantas, y permítanme reiterarlo, protestas  y huelgas que cada semana se producen en Venezuela.

“Chávez no conoce”
Frase con la que se quiere justificar el estado de muchas obras prometidas y no realizadas o medio ejecutadas por decir lo menos, porque según ese grupo de gente afectada su querido Presidente no ha ido por aquellos lugares a verificar personalmente la real situación que ellos viven. Igual justificándolo con la siempre repetida frase que lo tienen engañado.

Entonces mis queridos compatriotas, saquemos conclusiones:
¿Lo tienen engañado el grupo de ministro, gerentes, directores, presidentes de empresas, que él personalmente ha nombrado? presentándolos como gente proba, capaz y motivada por su amor al pueblo y a la patria. Entonces él no sabe quiénes son y falló al nombrar tan incompetente grupo de dirigentes.
¿El Presidente no sabe, no ha visto, no conoce? Entonces es mucho lo que ignora en un país que se le está cayendo a pedazos, porque no ha vuelto, ni siquiera porque está en campaña electoral, a visitar esas comunidades, esos supuesto desarrollos y verificar con sus ojos y oídos lo que la gente necesita y reclama
¿Cómo puede seguir siendo presidente si no sabe, no conoce y es engañado tan fácilmente?
 O simplemente en un estafador de las conciencias y los cariños de un pueblo que no lo merece.

 
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