martes, 23 de octubre de 2012

La Dedicación a Insultar




Muchas veces me he referido a lo que para mi es una muy desagradable costumbre y tal vez pueda ser un tarea a la que se han dedicado ahora mucha gente a través de cuanto medio cibernético se tenga acceso: el insulto como arma.
Me he referido a esto cuando leyendo mensajes de las diferentes redes sociales se observan comentarios, que lejos de producir argumentos para rebatir las opiniones del adversario, solo recurren al insulto y a la descalificación de quien los ha emitido.
 En Venezuela, en los últimos años parece ser una práctica que ha sido aupada y auspiciada por muchos líderes políticos del gobierno, quienes con sus discursos públicos no solo la propician sino que dan la pauta del insulto que se va a poner “de moda” entre sus partidarios
 Es así como “golpista”, “escuálido” y otras han entrado en el vocabulario diario de quienes no poseen mas argumentos para defender lo indefendible y son usadas para referirse a cualquiera que se presuma lleva una posición contraria al venerado líder.
Como ejercicio pequeño, me tome el tiempo de revisar los comentarios que en algunos portales informativos se hacen de las noticias que allí se publican o en distintas entrevistas a quienes llevan la vocería de la oposición y lejos de criticar (como bien pudieran hacer) los comentarios que se leen llevan tal grado de violencia e insultos que en muchos casos el medio ha de suprimirlos, en reguardo propio por lo que la “ley resorte” (que regula los contenidos de los medios de comunicación venezolanos) dispone dentro de la normativa para estas publicaciones.
Lo más triste de toda esta reflexión, no es que haya un grupo parcializado con una tendencia que se dedique a esto, es que esta práctica a ocasionado una respuesta similar dentro del grupo opositor quienes tienen también un vocabulario especial para referirse a todo aquel que huela a gobierno o a simpatizante de este.
Tristeza y vergüenza debería darnos por no poder alcanzar tener un lenguaje de discusión que permita oír y hacernos oír.
 Una de las mejores cosas en la campaña de Henrique Capriles, fue la firme intensión de no dejarse llevar por los insultos  de su opositor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, pero vergüenza debía darnos escuchar y seguir escuchando semejante nivel de discurso de quien, en su carácter de conductor de los destinos del país, debía llevar la bandera de la práctica de la ética, la moral y las buenas maneras.
Mostremos la verdadera diferencia entre lo que debe y no debe ser. Un ciudadano ejemplar no solo obedece las leyes, practica en su cotidianidad dar el ejemplo de moral y  buenas costumbres

martes, 9 de octubre de 2012

No se ha perdido el camino


Al igual que la mitad de Venezuela, el resultado de los comicios del domingo 07 de octubre me entristecieron profundamente, no solo por el desencanto de haber perdido, sino por la frustración que causa no haber llegado a la mayoría con el mensaje de progreso que llevaba el candidato Henrique Capriles.
Gano la mentira, y no porque yo lo diga, sino porque los números así lo muestran. Una mentira avalada con dádivas a los más necesitados, que ven en estos pequeños regalos la solución de sus problemas, pero que a la larga son solo un trapo en los ojos que no les permiten ver más allá.
 Para ellos, sus problemas, que si son muy grandes, son solucionados temporalmente con una promesa y una bolsa de comida, que no durará mas de 3 días, pero tal vez es mas de lo que han tenido en mucho tiempo, tiempo en el cual el mismo presidente ha gobernado en sus vidas. ¡Lastima!
Vimos una campaña de Capriles repleta de buenas intenciones y otra por parte del candidato de gobierno repleta de dinero y abuso de poder. Y como lo dijo el líder opositor Ramón Guillermo Aveledo “este es un gobierno con superávit de recursos y déficit de escrúpulos” refiriéndose a las prácticas del aparato gubernamental venezolano.
Yo quisiera hacer aquí otra lectura que me alienta profundamente: El trabajo se hizo limpiamente por parte de quienes nos oponemos al presidente. Se pensó en el futuro y en el progreso de todos en una Venezuela unida, y eso dio frutos. La abstención se redujo a cifras históricas y esos que antes no votaban salieron a hacerlo por Henrique Capriles.
La brecha se acortó. Ahora el Comandante tendrá que gobernar por los próximos 6 años sabiendo y con números en mano que la mitad del país, que no es una tontería, le reclama sus abusos, le reclama la violencia, le reclama empleo.
 Barranquilla dio la cara y quienes escogimos esta calurosa ciudad ( en cariño)como nuestra casa, le dijo si al camino del progreso.
Nos sigue quedando trabajo por hacer. Ahora los venezolanos nos enfrentaremos a las elecciones de Gobernadores y Alcaldes. No debemos bajar la guardia. No debemos perder espacios.
 La democracia no es solo una expresión pintada de elecciones. La democracia es el día a día, la separación de poderes, la igualdad para todos, la cárcel para los corruptos, la libertad para el ciudadano.
 No se dejen engañar quienes ven a Venezuela desde afuera. Recuerden que en Cuba también hacen elecciones.
A mis compatriotas, sigamos luchando sin abandonar el camino. 

martes, 2 de octubre de 2012

El 7 de octubre



Ya termina la campaña electoral venezolana, solo esperamos la decisión de los millones de venezolanos que este domingo acudirán a las urnas.
Ya se acabó el tiempo de encuestas aunque los rumores aun no decaen y corren como el agua, inventando toda suerte de acciones para infundir miedo y evitar que la gente vaya a votar, cosa que favorece mas al candidato de gobierno que a Henrique Capriles, por lo que es fácil deducir de quien es el laboratorio maquiavélico que se ha dedicado a fabricar estas bolas.
Seguimos viendo a un candidato Comandante dedicado por entero a desprestigiar al oponente más fuerte que tiene en esta contienda. Más de dos tercios de sus discursos los usa para insultar al “flaco” como las voces populares han bautizado cariñosamente a Capriles. El otro tercio del discurso gubernamental ha tratado de excusar cada una de las promesas incumplidas, prometiendo lo ya prometido y ofreciendo lo ya ofrecido.
Por otra parte, la campaña de Capriles ha ido en ascenso paulatino y sin descanso. Con un record a cuestas de no haber perdido ninguna elección, el representante de la unidad opositora, no ha sucumbido a la tentación de responder con insultos a los tanto proferidos por su contrincante, ha demostrado que con tolerancia y argumentos se vence a la incomprensión y a la oscuridad. Campaña poco común y jamás esperada en tiempos de violencia, odios y rencores, ha apelado a la reconciliación como arma para reconstruir un país separado por las ambiciones de un hombre y su cuerda de acólitos ambiciosos de poder.
Para este domingo, hermanos venezolanos en Barranquilla, acudamos a votar todos con esperanza y seguridad que ese voto es su opinión y contará efectivamente para cambiar al país.
La patria no es lo que una persona decide, la patria es la opinión y el esfuerzo de todos y cada uno de sus ciudadanos.
 Nuestra patria Venezuela no puede seguir siendo un proyecto político y mucho menos ideológico.
 Una patria sana y próspera es aquella que tiene como principal objetivo el bienestar de todos sus ciudadanos sin distingos políticos.
 La patria no puede ser supeditada al mandato de quien solo quiere perpetuar una idea, por encima de sus necesidades. No permitamos que un presidente nos vuelva a decir que no importa que andemos desnudos o que tengamos hambre, como ya lo dijo hace unos años, o como ahora que se nos ha pedido que tampoco nos importe que no haya luz, ni agua, porque lo importante es el consolidar una “revolución” caduca y obsoleta de ideales arcaicos y vencidos.
 Este 07 de octubre Venezuela decide su futuro. Tengo fe que a partir del Lunes 08 amaneceremos  en el Camino del Progreso.

 
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