jueves, 20 de diciembre de 2012


Venezuela decidió. Los que votaron y los que se abstuvieron también tomaron su decisión. Los últimos optaron por dejarle la opinión  a quienes si se acercaron a los centros de votación a apoyar a un candidato.
Dicen los que si votaron, que los que no lo hicieron no van a poder quejarse, decepcionados muchos por el resultado de estos comicios. Yo lo veo desde otra óptica. Cada quien está en su derecho de hacer con su tiempo lo que quieran, y  quienes pudiendo votar y no lo hicieron ahora tendrán más razones de que quejarse, con lo que está por venir.
Debemos revisar lo ocurrido en estos comicios. Qué pasó con la convocatoria de los factores de la oposición a los votantes?; que propuestas de los líderes opositores regionales no llegaron y no calaron de manera tal que movilizara a un buen número de la población que no está de acuerdo con los manejos del actual gobierno? Por qué nos dejamos ganar por la apatía y continuamos lamentándonos por el fracaso en las elecciones presidenciales? Cómo hacer para contrarrestarla maquinaria que a punta de petrodólares maneja el gobierno venezolano? Son solo los líderes los culpable de la abstención o se perdió la conciencia ciudadana y nos ganó el miedo y la indolencia?
Nos quedamos enquistados en el 07 de octubre, lamiéndonos las heridas, y a pesar del triunfo de Henrique Capriles en Miranda, Falcón en Lara y Guarulla en Amazonas, se perdieron importantes bastiones que parecían imposibles para el partido de gobierno como el Zulia por ejemplo.
 El mapa se tiñó de rojo
 Son culpables solo nuestros líderes? O nosotros votantes quejumbrosos tenemos parte de esa responsabilidad.
 Con una abstención que ronda la mitad del universo de votantes y a sabiendas de las grandes movilizaciones del aparato gubernamental, quien sale perdiendo? Demostrado está
Seguiremos entonces padeciendo de más violencia, de escases y de inflación. De despilfarro y de corrupción si no le ponemos freno.
 Los que no podemos vivir en nuestro amado país, seguiremos enviando medicinas y comida en cada viaje de algún compatriota.
El mapa se tiñó de rojo y si no hacemos algo, cada uno de nosotros, por cambiar esa realidad, seguirá de ese color, vendido a Cuba y gobernado por quienes hasta ahora no han demostrado más que una enorme ambición de poder y control.
El cambio que necesitamos debe venir desde cada uno de nosotros, desde nuestro esfuerzo y sacrificio, no sigamos esperando que otros lo hagan por nosotros. Muchos no podemos estar físicamente, y eso ya es un sacrificio, pero desde dentro y desde afuera, el trabajo debe ser el pro de un país, tu país mi querido compatriota, que no merece lo que le está pasando

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Quería hablar de las hallacas


Quería hablar de las hallacas venezolanas, de la tradición de comerlas en familia y rodeado de amigos, del enorme disfrute que fue el trabajo de tres días de su preparación y la ceremonia de compartir –con quienes llegan a ayudar– la primera que sale del agua, caliente y humeante.
Para los venezolanos, el compartir alrededor del plato más típico de la Navidad representa unión, hermandad y fraternidad.
Pero en las noticias de este fin de semana y para sorpresa de muchos, el presidente Chávez anuncia, luego de tanta negación de su condición física, que está verdaderamente enfermo y que deberá someterse nuevamente a una operación que probablemente lo mantenga alejado de sus deberes por tanto tiempo que tuvo que pedir permiso a la Asamblea nacional y, para sorpresa mayor, por primera vez maneja la posibilidad de quedar inhabilitado para ejercer su cargo, por lo que tuvo, además, el atrevimiento de nombrar al Vicepresidente Maduro como su sucesor.
La sorpresa de muchos no está en el anuncio de la enfermedad en sí, que siempre ha sido un secreto a voces, porque a pesar de que El Comandante había confirmado haber padecido de cáncer, había también asegurado que no le quedaba ningún rastro de células malignas en su cuerpo, sino en el hecho de admitir la gravedad de la misma, al punto que exista la posibilidad de quedar inhabilitado físicamente.
Yo quiero pensar que en su muy humana condición, su psiquis le impedía reconocer que estaba delicadamente enfermo, y ante la posibilidad de una enfermedad terminal, sus mecanismos de defensa mentales le impedían admitir un posible desenlace fatal a una edad que se puede considerar temprana.
Pero yo, a pesar de considerar las fragilidades del hombre, así como muchos otros venezolanos, exigimos de los altos dirigentes del gobierno venezolano una información veraz, franca y detallada de la salud de quien no es un hombre ordinario, se trata del primer mandatario de la nación.
Pero en regímenes autoritarios, las arbitrariedades en todos los ámbitos están a la orden de las necesidades políticas de sus dirigentes, por lo que obviando leyes y derechos de los ciudadanos, se permiten ocultar, negar y administrar estos a su libre albedrío.
Quería hablar de las hallacas, de la tradición y de lo que significa para la cultura del venezolano, pero los acontecimientos recientes se abren paso mostrando una vez más los desafueros del régimen que encabeza el hoy ya confeso muy enfermo Comandante Chávez.
Recordando una película del célebre cómico mexicano Titán Las aventuras de Pito Pérez, decía en uno de sus diálogos: “La profesión de déspota es la mas fácil; primer año: curso de adulación a los poderosos; segundo año: liquidación de las viejas amistades que nos hacen recordar nuestro pasado humilde y creación de un supremo consejo de lambiscones; tercer año: perfeccionamiento del delirio de grandeza; cuarto y último año: arbitrariedades a toda orquesta”. Pareciera que el curso lo dictarán directamente desde La Habana, a muchos de quienes en estos momentos lideran los destinos de mi país y, lo más grave del caso es que pareciera que obtuvieron las mejores calificaciones.


Publicado en El  Heraldo, Barranquilla, Colombia

 
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