miércoles, 24 de abril de 2013

La Máscara de Democracia


Qué fácil decir que hay democracia en un país donde la única expresión de ella son unas elecciones por demás cuestionadas, no solo por la mínima diferencia que arrojaron los comicios venezolanos, sin sumar aún los votos de los venezolanos residentes en el exterior, donde la oposición ganó de manera contundente, sino además por el enorme desbalance durante la campaña electoral, regida con un Consejo Nacional Electoral (CNE que se hacía el loco ante cada transgresión, violación o abuso cometido por los representantes gubernamentales y por el candidato mismo del gobierno, ostentando la banda presidencial de manera irrita, además.
Pero traspasada esa barrera, o mejor enfrentada, lo que pocos analistas ven desde el exterior, atreviéndose a adjudicarle al país la categoría de democracia perfecta, es la marcada persecución a la que han sido sometidos los trabajadores de distintos institutos gubernamentales, así como ministerios, amenazándolos con despidos (aun dentro del marco de la inamovilidad laboral decretada) por simpatizar con el candidato Capriles. Varias de estas denuncias están documentadas en reveladores videos y grabaciones de audio.
Y si esto no bastara para demostrar dónde radica el ‘fascismo’ en Venezuela, el Presidente de la Asamblea Nacional interroga a los diputados sobre su intención de reconocer o no al señor Maduro, de ser negativa su respuesta son arbitrariamente privados de su derecho de palabra así como removidos de las dirección de las diferentes comisiones parlamentarias donde participaban.
Si esta es la democracia entonces llamemos a la Real Academia de la Lengua Española y hasta a Wikipedia y redefinamos el término como: “forma de gobierno donde a partir de una máscara electoral un grupo accede al poder para ejercer arbitrariedades y burlar la constitución a su antojo, de manera burda e impune”.
Así si aceptaría que tan prestigiosos pensadores y analistas internacionales definieran la democracia en Venezuela, donde ningún ciudadano tiene derecho a disentir sin ser perseguido, donde los diputados electos son privados de sus derechos constitucionales, donde pensar distinto es poner en peligro el trabajo, donde se le niega el paso a cierto territorio de la geografía capitalina solo por llevar consignas opositoras al régimen, donde se persigue y se amenaza a periodistas solo por denunciar.
Si así se insiste en que Venezuela goza de democracia plena solo por hacer fiesta electoral, entonces de verdad unamos nuestras voces para cambiar el significado.

miércoles, 17 de abril de 2013

No somos minoría


Te diste cuenta, Nico, la mitad del país, ¿lo viste bien?, la mitad del país no te compró el cuento.
¿Qué les vas a decir ahora?, ¿que siguen siendo minoría?, ¿que son escuálidos?, ¿sabrás lo que quiere decir escuálido?
¿Viste? Somos muchos, muchísimos, igual a los que tú llamas pueblo. Entonces son tantos apátridas y “burguesitos”, y los demás ¿qué son? , los que están contigo, ¿“pata en el suelo” como tú les dices?
Entonces Nico, ¿dónde quedaron los planes para sacar al país de la pobreza, si esa mitad tuya los “pata en el suelo”(ojo que eso lo dijiste tú, yo solo te cito) son la mitad del país? Que raya, Nico, deberían ser muchos menos, ¿no? Si esos planes que tú secundaste durante 15 años hubieran resultado, casi no habría pobres, todos tendrían casa, no habría niños en las calles. ¿ No era eso la bandera de tu revolución?
Y ahora, Nico, si te quedas con la Presidencia, ¿cómo vas a explicar que no había tal sabotaje eléctrico?, (que seguro creías que te lo hacían a ti personalmente).
¿Cómo vas a explicar que sigan escaseando las medicinas o la comida? Mira, Nico, lo único que debería escasear son los pobres, después de 15 años tendría que ser muy difícil encontrar alguno, pero no, Nico, tú mismo lo dijiste cuando aseguraste que ibas a luchar contra “los grandes problemas” del país.
¿Sigue habiendo tantos problemas? Pero cuando te lo decimos lo niegas y empiezas a sacar acusaciones de sabotaje, hasta en la distribución de la comida, y con eso acusas a tus mismos trabajadores, esos que son rojitos trabajadores de las instituciones y empresas del estado. Nico, ¡esa gente es fiel al Comandante, vale! Ellos no tienen la culpa de que el gobierno haya dejado de invertir en infraestructura o haya destruido la empresa privada y ahora maneje tan pobremente la industria que expropió. Ahí trabaja esa gente. Con ellos no te metas. Eso no se hace.
Y también hablas de mercado negro (el de los dólares que no te gustan porque son del “imperio”). ¿Cómo es posible si pregonas la eficiencia del gobierno que no les haya sido posible controlar “el paralelo”? Ese “paralelo” te tiene loco, pero ¿de quién es la culpa? ¿Quién necesita la mayor cantidad de divisas? ¡Pues ustedes, chico! Para poder importar todo lo que no se produce en el país, por la ineficiencia de las empresas estatizadas.
Dejaste al país sin comida, sin divisas para producir y con mucha corrupción en la asignación de las poquitas que se dan. ¿Dónde están los presos que abusaron del favor del estado con este cambio preferencial?, ¿y los funcionarios que lo permitieron?, ¿no les ha dado tiempo de ocuparse de eso con tanta campaña política, llevando a los funcionarios y empleados públicos a los mítines?
No te gusta el intervencionismo pero el país está lleno de empresas que se llevan los recursos venezolanos, negándoles a los propios el trabajo productivo. ¿Por qué no le dices eso a la mitad del país que votó por ti? Ojo, Nico, que no te he nombrado a los miles de cubanos instalados en cada poder e institución venezolana, representando los intereses de los Castro, porque sé que este tema te duele, que aparte del Comandante, tu ‘padre’ político, Fidel es tu mentor ideológico.
¿Qué vas a hacer cuando tu mitad vea que no resuelves nada? ¿Qué vas a hacer cuando “la no minoría” siga creciendo, sumándose a decepcionados, esos despreciados por ti, los llamados escuálidos, que son la mitad del país, “por ahora”, como diría el Comandante?
El país lo tienes dividido en dos mitades, ambas venezolanas, ninguna es minoría.

jueves, 11 de abril de 2013

Entre mentiras y pajaritos


Había una vez un país de fantasía, gobernado por pajaritos y espíritus, que transmitían sus órdenes, proclamas y decretos vía extrasensorial.
El Interlocutor de tales  designios, heredero mayor del reino, se empeñaba en traducir silbidos y gorgojeos, ante la mirada impávida de quienes como el creían fervientemente en las disposiciones del emplumadito líder.
A pesar del empeño, el heredero no logra distinguir la verdad de la mentira. Lo que tiene ante sus ojos le parece de otro mundo. Ve con asombro cómo los pueblos de su reino heredado carecen de agua, de luz. Pasea sus grandes ojos e inmensa humanidad, por caminos polvorientos, pueblos fantasmas colmados de grandes edificaciones que una vez fueron fábricas  y no cabe en su sorpresa. Que ha pasado aquí se dice ¿quién ha dejado todo esto en el abandono?
No es de extrañar su reacción inicial. Él estuvo muchos años viajando, visitando otras latitudes, otros países que le brindaban atenciones y suavidades. Llegaba a su tierra, entraba a palacio se comunicaba con su jefe y partía raudo y veloz a “regalar” el fruto cosechado en su tierra, plena de grandes riquezas. No importaba ver si atrás había suficiente para todos.
¿Cómo ha pasado esto se pregunta hoy? Los pajaritos trinan y le dicen sigue adelante. Pero se encuentra con la gente, se sorprende con los reclamos, no entiende por qué no hay luz, ni agua corriente ni comida… ¿Dónde estaba yo se pregunta?
En eso se enfurece, yo no tengo la culpa se dice, yo no estaba aquí. Otros son los culpables, esos que no tenían injerencia, los que no mandaban, esos que ahora me gritan que yo, que siempre he estado cerca del jefe debo tener responsabilidad. Yo no fui -se dice él- y grita a las activan masas que cada vez que pasa le corean las culpas.
Y se oyen más gritos, cada vez más fuertes. Ya no queremos ser gobernados por pajaritos, ya no queremos confundirnos con la geografía del heredero, que nunca estuvo, que regaló nuestras riquezas, que no sabía que esas riquezas eran necesarias para que nos llegara la luz a las casas, alimento a las mesas, medicina a los enfermos.
Eso es mentira! –grita el heredero- No soy yo el culpable. Mis amigos no son los culpables, la culpa la tienen los que me gritan en la cara esos errores. Los que en estos 3 lustros no han estado gobernando.
Hay corrupción le grita el pueblo, matan a la gente, roban, no tenemos techo, no tenemos trabajo – Le gritan las masas- aglomeradas alrededor de un joven flaquito, de unos 40 años, que parece conocer bien las necesidades de la gente que lo acompaña.
Eso es mentira- insiste el heredero-  y si  hay es porque roban otros no nosotros, hijos del pajarito mayor.
- Nooo! Responden las masas, ninguno de nosotros está “enfuchado” con el gobierno de los pajaritos.
Así transcurren estos días de campaña electoral venezolana, como un cuento de fantasía, donde los pajaritos hablan, donde la geografía se ve alterada por un candidato oficial que desconoce a su país.
Los ojos de pueblo se van abriendo, Nicolás no es Chávez y la gente se da cuenta, Venezuela necesita una nueva dirección y esa está en las manos de Henrique Capriles, el flaquito.
Las mentiras saltan a la luz y le dan una bofetada a los responsables de 5 lustros de desidia.
Venezolano, vota por el progreso y por la verdad. Lo que los chavistas no hicieron en 15 años ya no lo harán

 
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