miércoles, 18 de septiembre de 2013

Con bollo de yuca y butifarra

 Ayer celebramos el cumpleaños de mi esposo. Tuvimos la visita de amigos, buenos amigos, con los que no podríamos hablar de más de 5 años de historia, pero son de esa gente que se va quedando instalada en el corazón y que ajenos a tus historias, se quedan en él para siempre.
Llegaron con sus brazos y corazón abiertos para seguir estrechando lazos de hermandad, algunos como nosotros, lejos de sus orígenes, otros entregándonos la sabiduría de sus raíces colombianas y compartiendo sus historias de esta cálida (en todos los sentidos posibles) ciudad que es ahora nuestro hogar.
Parte de la alegría de este día lo supuso un gran collage de fotos viejas de mi querido Teo, magistralmente distribuidas y comentadas en una enorme cartelera, producida por mi cuñada, que para la mayoría de nuestros visitantes resultó no solo graciosa, sino ilustrativa de los 50 años de nuestra familia, desde el nacimientos del propio cumpleañero, pasando por su bautizo, primera comunión, el colegio, nuestro matrimonio, los hijos y su trabajo.
Caras desconocidas para la mayoría, llenaban el montaje. Todas acompañando a “mi gordo” en algún momento importante de su vida. Amigos de vida, de escuela, de trabajo. Hermanos de lucha y de amores, que pueden relatar indiscreciones, pasiones, vivencias de esos 50 años.
Y es así como nuestros queridos buenos amigos se acercaron a nuestra historia, esa que muchos conocen allá en nuestra tierra. Esas fotos donde aparecen los que dejamos atrás, sin olvidarlos, sin dejar de añorarlos. Donde seguramente de haber estado aquí con nosotros hubieran comentado, no para preguntar quiénes son o dónde es, sino para rememorar esas anécdotas de las que ellos mismos forman parte.
Este compartir añoranzas es para seguirles dando la bienvenida a nuevas historias, amigos y nuevos hermanos, para dar gracias a los que nos recibieron y los que recibimos. Para decirles a los viejos y entrañables amigos que siempre están con nosotros, porque forman parte de nuestra historia, de nuestra familia. Para decirles a los nuevos entrañables amigos que pronto el collage estará repleto con fotos de ellos también.
Allá en Venezuela celebrábamos con cachapas, tequeños y maracuchitos, con los de siempre y con la familia. Hoy la vida nos regala amigos y nuevas oportunidades para celebrar, aunque el menú cambie, comemos con orgullo y ganas nuestro nuevo sabor a hogar con bollo de yuca y butifarras.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

A propósito de favores

El que hace un favor está supeditado a cargar con las consecuencias. No se si alguien lo dijo pero yo lo afirmo.
 Desde el momento que aceptas hacerle un favor a alguien cargarás con la responsabilidad y hasta las consecuencias de esa decisión que muchas veces sentirás errada.
 No solo por las exigencias mismas del encargo, sino porque si pretendes en algún momento, dejar de llevar la carga de tal encomienda, no solo dejarán de darte las gracias por solventar el camino, aunque fuera en parte, si es que en algún momento pretendieron darte las gracias, sino que el encargante puede que te retire hasta el saludo y te convertirás en lo mas cercano a un enemigo que pueda existir.
Decir cuenta conmigo es como cuando uno presta dinero...y quiere recuperarlo, dalo por perdido o pierde esa amistad.
Y hay los pedidores de favores profesionales, que no solo te involucran en su lío, sino que luego elegantemente desaparecen y por supuesto la culpa de lo que sucede finalmente es tuya. porque veamos las cosas claras, cuando el que origina la idea desaparece, es porque no era tan buena la idea. Si se queda, era buena, tu te fajaste con el o ella, pero las glorias se las lleva el otro y a ti, a veces si te dan las gracias.
No es que pretenda que alentarlos a no ayudar al prójimo, pero abran los ojos y vean a quien ayudan, porque sino terminan, como yo , muchas veces embarrados...
Un favor es una cosa muy delicada de pedir y muy delicada de aceptar.
Si vamos a pedir favores pongamos claras las reglas del juego y demos la cara.
Si vamos a hacer un favor, que sea bajo el lema, asumo las consecuencias, porque sino, tremendo chasco...
Días atrás y el favor de "bien común" me ofrecí a apoyar una iniciativa de un "amigo", mejor mencionemos como "conocido". Dicha iniciativa no tuvo eco pero incluso fue desatendida por el conocido. Resultado: las llamadas me las hicieron a mi...
 Hoy me pasó algo similar a expensas de que informé, y creo que claramente, que solo actuaba como mensajero, de algo bonito, pero lejos de mi alcance. Resultado. mas reclamos, esta vez por la hora, que lamentándolo mucho ni los organizadores ( doy fe de que también hacían un favor) pudieron contra el cambio.
Lo cierto es que abramos los ojos, porque a mucha gente lo que le gusta es la gloria sin trabajar por ella, te involucran y te dejan de lado.
 ¿Que si quiero la gloria para mi? no nada que ver, solo no quiero cargar con problemas ajenos

El Manual de las Culpas

En Venezuela hay un gobierno que se jacta de tener el control y se presentan ante la opinión pública nacional e internacional como –y creo que la expresión, aunque en extremo coloquial, es la mas adecuada– ¡unos sobrados! 
En otras palabras, sus líderes se las saben todas, tienen todas las respuestas y por supuesto las soluciones a todos los problemas en su doctrina ideológica de ese esperpento que han llamado ‘Socialismo del Siglo XXI’.
Dentro de estos ‘ideales’ revolucionarios está cómo se debe manejar la economía, la distribución de las riquezas del país, el manejo y prevención de la delincuencia, la educación, la alimentación, la salud y por supuesto la política, las libertades individuales, la propiedad privada y toda la larga lista de normas de conducta y posturas ante todo lo que se devenga u oponga en el país, por lo que uno sospecha, aunque muchos aseguran que tienen un manual escrito para enfrentar con discursos cada uno de los problemas derivados de su gestión.
Por eso vimos, en recientes sucesos, cómo ante la grave crisis eléctrica del país –denunciada cientos de veces, con expertos que nos traen a la luz ( sin que haya luz) cómo la falta de mantenimiento y ampliación en las redes de distribución es una de las principales causas de tantos apagones– el gobierno, haciendo uso del ‘manual de respuestas’, le echa la culpa a la oposición y habla de conspiración y supuesto “golpe eléctrico” para desestabilizar.
Otros ejemplos de las respuestas del librito podemos encontrarlos en los ya varios accidentes ocurridos en las instalaciones petroleras, el más grave, de reciente data, es el de la refinería de Amuay, para el cual el ministro Ramírez acaba de concluir su propia investigación, dando como resultado un supuesto “sabotaje”. Se olvida el ministro de las decenas de incendios provocados por rayos, y aquí explico que una refinería de alta tecnología como las venezolanas, contaba con sistemas de prevención incluyendo pararrayos eficientes, ahora al parecer inactivos, por lo que ahora esos sucesos son solo culpa de la naturaleza, según el alto gobierno.
Si seguimos enumerando podemos pasearnos por la escasez de productos de la cesta básica venezolana, achacada en principio a la “derecha fascista y golpista opositora” (otra frase del cuadernito), y más recientemente a los acaparamientos domésticos... y aquí se me sale un ¡válgame Dios!
Y si pasamos nuestra vista por el sistema de salud venezolano, en grave crisis, sin medicamentos para tratamientos oncológicos, sin radioterapias, sin divisas para actualizar equipos, con crisis no solo en la salud pública, donde no hay ni gasas ni suturas, sino en las clínicas privadas, endeudadas hasta el punto de quiebra, la culpa de todo estos males se le achaca a la forma especulativa como los propietarios de estas últimas manejan el “negocio” y nos olvidamos selectivamente de los hospitales del Estado, sin dar mayores explicaciones.
Y podríamos seguir así, haciendo una lista de cada problemática nacional, y viendo que a cada problema existente hay una respuesta que viene del gobierno, y es que al parecer todo es culpa de: “la derecha fascista golpista desestabilizadora, con sus planes de magnicidio y desestabilización”.
Queriendo librarse de su responsabilidad, el gobierno venezolano ha logrado evidenciar su enorme ineficiencia en el manejo de cualquier asunto de interés nacional. Reconocemos que sí han logrado instalar el “manual de respuestas” en la boca de muchos, pero con eso no se come, no se camina seguro, no hay luz en las casa ni salud en el pueblo.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Y ahora qué dijo?

Mucha gente sabe que soy venezolana y que semanalmente escribo estas líneas, un poco para liberar las frustraciones que me causa la política venezolana, cada vez más enrarecida, corrupta y ‘cantinflérica’, y también para alertar a muchos de nuestros hermanos sobre la grave situación que atraviesa mi país en manos tan inexpertas como cómplices.
Ciertamente los derroteros del país van rodando por abismos muy peligrosos, no solo porque parece que en el camino los líderes en el gobierno nos van dando empujaditas a ver si terminamos de caer, sino porque el país entero parece estar sumergido en un letargo, o peor, están sentados en las gradas de un circo, viendo la presentación de los payasos, que nos hacen reír, pero que ocultan la verdadera tragedia tras bastidores.
Es por esto que cuando llego a algún lugar y me preguntan “¿y ahora qué dijo?”, sé que se refieren a las ya incontables intervenciones más que desacertadas del presidente en ejercicio de Venezuela, y que más que tristeza siento vergüenza, por evidenciar la profunda falta de todo lo mínimo que se requiere para alcanzar tan alta magistratura, y distraen no solo el pensamiento de la comunidad extranjera, sino hasta el mismo cotidiano del venezolano.
¿Cuántos no se levantaron un día de la semana pasada, haciendo chistes acerca de la “multiplicación de los penes”, o semanas antes cuando Nicolás ubicó geográficamente a Portugal en el mismo continente que Venezuela?
Tal vez el error de peces o panes por penes se deba a un simple lapsus (que le puede ocurrir a cualquiera), pero si revisan solo en internet hay docenas de portales que ya tienen dentro de sus primeras páginas la contabilidad de lo que han llamado “Maburradas”.
Y tal vez lo trágico no sea la ineptitud o falta de preparación del primer mandatario (si tuviera gente capaz a su alrededor tal vez hasta lo obviaría), lo grave de la cuestión es que se ha convertido en el payaso de Latinoamérica, del mundo y sobre todo de Venezuela, que con sus bufonadas hace que los graves problemas del país sean desplazados a las segundas y quizás terceras páginas de medios impresos, portales electrónicos y otros medios de comunicación y a segundos planos en los intereses de la población.
Por eso ahora cuando se preguntan “¿y ahora qué dijo?”, al lado de esas risas de quienes de él se burlan, yo no puedo contener un enorme sentimiento de vergüenza y desamparo ante lo que se ha convertido en la prioridad del país, por sobre la escasez, la corrupción, la crisis en salud, la inflación y tantos otros enormes problemas.

 
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