miércoles, 29 de mayo de 2013

Destaparon la Cloaca

Siendo Mario Silva tan importante ficha clave para la difusión de las ideas de la seudo revolución venezolana,  no deja de ser chocante que este señor, aparte de las gravísimas acusaciones, confesiones y declaraciones, rinda informe a un militar componente del  G2 cubano, como si fuera regular método de comunicación con el gobierno de los Castro, según se reveló recientemente en una grabación que salió a la luz pública.
Como “Hojilla” para su garganta el presentador del programa homónimo emitido por el canal del estado, arremete contra los suyos destapando casos de corrupción en el gobierno chavista donde hace del principal culpable a nada mas y nada menos que el presidente de la Asamblea Nacional el Sr Diosdado Cabello, el mismo que se jacta de integridad y que le prohíbe a los diputados de la oposición el derecho de palabra.
Y si con esto aún no nos sorprendemos se refiere a Nicolás Maduro no solo como títere de los Castro sino incluso como un ser manipulado por su propia compañera sentimental la Sra. Cilia Flores. También la podredumbre le salpica a la familia del difunto mencionando al actual vicepresidente el Sr Arreaza esposo de una de las hijas de Chávez.
Sigue el presentador en la citada grabación informativa, revelando desde conspiraciones y golpes de estado liderados por Cabello hasta las maniobras y tráfico de influencias de otro de los grandes de la “robolución” como es José Vicente Rangel, otro mas de los ex Vice presidentes venezolanos, y mencionando a todo aquel que le es incómodo y que seguramente no sigue la línea trazada desde Cuba.
Sin abandonar el lenguaje vulgar para referirse a otros personajes de la alta cúpula chavista, llega a confesar que ha recibido armas para completar su arsenal y haberse “echado al pico” a algunos individuos que según él molestaban a su familia..
 Este ser que tan criticado ha sido por la forma de llevar el programa “la Hojilla” en VTV la televisora de todos los venezolanos, llegó a ser elogiado por el propio difunto Hugo Chávez como el conductor del programa “más importante de la Tv venezolana” y consultado en vivo y directo desde los ya legendarios “Aló Presidente”
En manos ahora de la Fiscalía General de la República está este caso, investigar a fondo no solo las acusaciones, sino la función de Sapo del G2 de Silva. ¿De qué tamaño será el expediente? ¿Llegará a haber investigación?
Aunque aún no podamos responder estas preguntas lo que si vemos es la cloaca de las inmundicias del régimen abierta por una de sus principales defensores. Habrá ahora organismo internacional o gobierno que se haga de la vista gorda… Seguramente, mientras la chequera de petrodólares funcione.

Pero lo más importante, es que la autodestrucción de lo nefasto viene de sus propias manos. Por el bien del país

Publicado en El Heraldo, Barranquilla, Colombia, 22/05/2013

Perdiendo el Equilibrio

Como confesión, quiero decirles que desde hace varios días quería escribir acerca del “equilibrio informativo”, esa frase que tanto se ha mencionado en Venezuela y que es el ‘coco’ de gobiernos en el mundo entero.
Hoy, cuando me siento a escribir esta líneas, aparece nuevamente un tema que, aunque no está muy alejado de lo que quería compartir, me vuelve a distraer de mi camino inicial, pero que muy oportuno es para darle más y mejor forma a mi intención final, que es y será la libertad de expresarse, sin tapujos ni cortapisas, sin bozal de arepas, como decimos en Venezuela, sin temor a ser agredidos ni censurados. Sin perder el trabajo y mucho menos la vida.
El tema que me distrae, y es efectivamente la palabra que quiero usar, es precisamente los cambios y despidos ocurridos recientemente en el canal de TV venezolano Globovisión, que siempre se caracterizó por llevar la voz y denuncias del muy numeroso pueblo que se opone al régimen que actualmente desvía (porque eso que hace el chavismo jamás podrá ser guía) los destinos de los venezolanos.
Sacados del aire personas claves de la programación, no nos cabe duda que como cuota pedida por el gobierno, para mantener al canal en el aire y sobre todo porque sus nuevos dueños son ‘amigos’ del régimen, según se deja saber a través de periodistas y personalidades mejor informados que yo y a los que muchos seguimos y creemos porque han dado muestras de tener siempre la información certera y verdadera.
Es por eso que, hablando de equilibrio, no deja de molestar, perturbar y sacar de quicio si se quiere, la absurda puesta en escena del gobierno Castro-comunista venezolano de pedir ese balance al único canal que se hacía eco de las centenares de denuncias, investigaba a fondo y mostraba el lado que el régimen siempre ha pretendido esconder.
Esta piedra en el zapata otorgaba al espectro comunicacional el tan cacareado equilibrio, con fundamento en la misión pura de periodista: hacer su trabajo.
Qué culpa tienen esos fieles trabajadores de que en el país sucedan más cosas malas que buenas, que el rumbo de la economía del país sea un precipicio profundo, que la violencia haya tomado las calles, que la escasez de hasta papel toilette angustie a los ciudadanos. Esas son las noticias que lamentablemente daba a conocer Globovisión, y justamente esas son las noticias que el régimen del heredero ilegítimo no quiere que se conozcan.
En sus reuniones para coordinar con los medios de comunicación, uno de los petitorios fue suprimir las noticias relacionadas con muertes violentas, por supuestamente fomentar esa misma violencia que la ineptitud gubernamental no puede frenar… ¡Sí, sí, así es como se gobierna!
Perdiendo el equilibrio, caerán por su propia ineptitud

miércoles, 15 de mayo de 2013

Apátrida


Me permito hacer un reclamo en nombre de millones de venezolanos, la mitad de la población electoral que votó en contra de la candidatura de Nicolás Maduro, designado apresuradamente Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, cuando sabemos que existen muchos comentarios, dudas y solicitud de revisión al proceso que se llevó a cabo el 14 de abril.
 Mi causa: comentar la odiosa utilización de la palabra “apátrida”, para referirse a todo aquel que adversa al gobierno, que lo critique, que saque a la luz sus enormes fallas, mentiras y contradicciones.
Tildar a los venezolanos cualquiera que sea su forma de pensar, es negarle su nacionalidad, es negarle su sangre o su elección. Ninguno de estos ciudadanos, nuestros conciudadanos, los que tienen una cedula de identidad que antepone la V de Venezuela a tu número de identificación, es negarse a sí mismo la nacionalidad de la cual se sienten también orgullosos.
Apátrida el que no tiene patria y eso no es lo que millones de compatriotas, mis compañeros de patria, han demostrado.
Forma de insulto que viene directamente del alto gobierno, como arenga para tapar tanta falsedad, incrementando la división entre hermanos, entre conciudadanos.
Apátrida no puede ser ni siquiera el Sr Maduro ya que por lo visto su patria amada es Cuba, a la que se refiere con tanta devoción, a la que viaja cada vez que necesita consejo y guía, y de la cual la mal llamada revolución ha copiada esquemas y formas.
 Y no denigro de aquellos que lleven en su corazón dos amores a dos tierras distintas, muchos tienen su corazón dividido entre la tierra que los vio nacer y la que les dio cobijo, la que escogieron como hogar. Pero el Sr Maduro si quiere llegar a ser el Presidente legítimo de Venezuela debe ante todo, no solo ser el principal defensor  de la soberanía nacional, sino también parecerlo. Así que si alguno duda de la nacionalidad del pretendido primer mandatario nacional, yo creo que mientras no nos demuestre otra cosa podemos decir que él no es que sea apátrida sino que su corazón está en la Cuba Castrista, que no es la Cuba de todos los cubanos además.
Así que a menos que reneguemos de nuestra tierra, nuestro hogar, nos neguemos a votar e incluso a opinar, nos importe lo mismo que el país se desmorone o salga para adelante, que haya educación de calidad o que las escuelas se caigan a pedazos, que el ciudadano se alimente o que viva mendigando la comida de todos los días, que la violencia se lleve a sus vecinos, a ese personaje si llamémosle Apátrida  con mayúsculas.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Maquillaje



Justo cuando entregaba la columna la semana pasada, con estupor mayúsculo observé en las imágenes trasmitidas por la televisión la brutal golpiza propinada a varios diputados de oposición en la Asamblea Nacional Venezolana, por algunos de sus pares (si se puede decir tal cosa en vista de que el talante no es el mismo) diputados aliados del oficialismo.
¿La justificación para semejante reacción? Que la bancada de la unidad democrática exigía su derecho a la palabra en el hemiciclo donde por elección popular una mayoría de venezolanos eligió a este grupo para que represente sus intereses, voz y pensamiento (recordemos que en la elección de estos representantes la oposición obtuvo una mayoría de votos que se transformaron en menos curules que los del oficialismo).
Luego de un retraso de casi tres horas para el comienzo de la sesión del día 30 de abril, encerrados, sin poder abandonar la cámara y luego de constatar la ausencia de micrófonos, los diputados opositores, armados de pitos y pancartas, emprenden su protesta una vez que los de la otra bancada se dignan a hacer presencia.
La respuesta a la protesta: golpes, patadas, insultos y vejaciones.
¿La reacción del gobierno? Voltear las cámaras que transmiten en directo las imágenes para no mostrar la brutalidad del ataque –pero gracias a la tecnología y a los teléfonos inteligentes, decenas de videos se mostraron al país y al mundo–. Decir que los diputados del gobierno vienen de barrios pobres y por eso son ligeros de manos (insulto a los millones de venezolanos de paz, trabajo y honestidad que viven en los barrios humildes de mi país), incluso llegaron al absurdo de tratar de convencer al país de que los golpes fueron propinados por las caras de los opositores a los puños del gobierno y cuando eso, por supuesto, no pasó de un chiste, hablaron de maquillaje…
No hay nada que justifique semejantes agresiones. Así reaccionan también cuando la gente sale en protesta a la calle, con golpes y excesos, con arrestos y vejaciones, con perdigones y palos, con escuadrones y cárcel.
La protesta se criminaliza. Se combate. Se disuelve.
El saldo de la contienda: diputados heridos, con fracturas, operados, hospitalizados, producto de la intolerancia de un gobierno que, como no tiene argumentos, recurre a lo único que sabe ofrecer: violencia, golpes, insultos, amenazas. Así arremeten contra todo aquel que les estorba.
El disfraz se está cayendo. Las caras se están revelando tal y como son. El maquillaje no estaba en los moretones de Julio Borges ni en las fracturas de María Corina, lo exhibe descaradamente un gobierno represivo, que habla de paz y responde a golpes, que habla de pueblo y vive en mansiones, que habla de justicia y exhibe impunidad.

 
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