Terroristas

Es que ya hemos perdido la cuenta de a cuántas personas el Gobierno ha acusado públicamente de diversas formas de terrorismo, a saber:

Mediático: si un medio o sus periodistas “parecen” estar criticando acciones gubernamentales.

Alimentario: a pesar de que más del 60% de la industria agroalimentaria está en manos del Gobierno, la escasez de productos es culpa de los empresarios privados en una “guerra” contra el pueblo venezolano.

Estudiantil: cuando un grupo de jóvenes matriculados en las diversas universidades del país, a los que muchas veces se le suman los liceos nacionales, salen a la calle a protestar.

De la salud: si un médico venezolano denuncia la situación de un hospital o se atreve a hablar de propagación de enfermedades raras y epidemias detectadas y que el Gobierno no quiere que se sepa.

Económico: cuando los más afamados economistas nacionales y mundiales discuten y alertan sobre la grave crisis que padece el país.

Y así, cada vez que en algún escenario nacional aparece una denuncia de un ciudadano común, enseguida y como por guión escrito salta cualquiera, desde Maduro pasando por sus ministros, gobernadores, concejalas, ediles y demás alcurnia rojita, a tildar cualquier forma de crítica como intentos “terroristas” contra el país.

¡Vaya, qué descaro!
Porque quienes han tenido y tienen vínculos con los más grandes y crueles grupos terroristas del mundo son los mismos que hoy ostentan cargos en el gobierno venezolano. El mismísimo Gobierno simpatiza con las causas más crueles del globo. Los mismos chavistas erigieron y rindieron minuto de silencio en el hemiciclo nacional a alias Marulanda, que tanto dolor causó al pueblo colombiano.

A veces me siento acorralada entre tanta mentira, a veces, cuando oigo o leo a ex gobernantes o gobernantes de países vecinos alabar lo absurdo, pierdo la fe en la sinceridad de los que se supone son amigos. Abro los ojos a un mundo de conveniencias, donde negociar es mejor que salvar vidas, que alimentar a los amigos, que salvaguardar el futuro de los propios.

Terrorista es quien mata de hambre, de desidia, de enfermedades, quien secuestra a los suyos, negándoles el derecho a salir libremente porque controlan las divisas para viajes y pasajes, controlan la emisión de pasaportes y cédulas.

Terrorista es quien aliena las mentes para conseguir sumisión extrema, quien asesina al que no piensa igual y tortura al disidente.

Entonces, ¿quiénes son los terroristas en Venezuela?

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Desde Panamá

Aunque lo sabía, las dimensiones se quedan cortas. Viajé a Ciudad de Panamá y no hubo un lugar donde, no solo encontré venezolanos,sino que muchos eran conocidos, amigos de otros amigos o personas con las que alguna vez había tenido algún contacto.

 Es sorprendente que las estadísticas estén superadas tan dramáticamente por la realidad.

Fue un viaje placentero, aunque con tintes agridulces. Retomar el contacto con viejas amistades, con mi amiga y hermana que tenía años sin ver, con mis primos que tampoco había visto hace mucho tiempo. Recordamos y añoramos. Nos reímos y compartimos experiencias, ellos en Panamá y nosotros en Colombia.

Aparte de algunos procesos distintos, visas, políticas migratorias, etc. la experiencia es a grandes rasgos similar. Arrancar de cero, acostumbrarse, hacer nuevos amigos, buscar trabajo, perderse en un ciudad nueva y desconocida, son algunos de los puntos de coincidencia, pero el mas resaltante: no estar con la familia en Venezuela cuando suceden eventos importantes, los buenos y los malos.

La mamá de Anni falleció hace poco tiempo, era una señora querida, que nos atendía y nos vigilaba las tareas cuando juntas estudiamos desde pequeñas en el colegio y se compartía responsabilidades con mi mamá, eramos muy pocos en un colegio pequeñito. Con Anni y su mamá, viajé por primera vez sin mis padres, y ellas viajaron con mi mamá y conmigo , algún tiempo después, en un crucero inolvidable. Pero Doñana se nos fue, y mi querida amiga no consiguió vuelo para ir al funeral de su mamá, ni al su primo quien también falleció semanas después de manera intempestiva. No había , ni para una emergencia, un pasaje a Venezuela.

 Pero no todas son tristezas, han nacido primitos hermosos, esperados, alegrías en nuestra familia, ni Adriana desde Panamá, ni yo desde Colombia hemos conseguido pasajes aéreos. No los conocemos, no hemos podido compartir la dicha con sus padres. Yo estoy planeando ir por tierra, porque desde Barranquilla no es "tan difícil", aunque la frontera está un poco tensa, con los cierres y el contrabando, pero igual me pongo a pesar en mis amigos y otros tantos de mi familia que no tienen la "facilidad" de hacerlo como yo.

Hablamos de eso, de como se están cerrando todas las puertas, de un país que siempre se caracterizo por justamente lo contrario, por su apertura, porque todos aquellos que partían a estudiar al exterior rechazaban trabajos fuera del país, porque al regresar, su propia tierra les ofrecía seguridad y trabajo, porque los que están afuera no tienen como entrar y los que están adentro no tienen como salir. Un país que tiene que buscar caminos y trochas para conectarse con el mundo. Un país que recibía inmigrantes a borbotones y ahora despide emigrantes por miles.

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