miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Y ahora qué dijo?

Mucha gente sabe que soy venezolana y que semanalmente escribo estas líneas, un poco para liberar las frustraciones que me causa la política venezolana, cada vez más enrarecida, corrupta y ‘cantinflérica’, y también para alertar a muchos de nuestros hermanos sobre la grave situación que atraviesa mi país en manos tan inexpertas como cómplices.
Ciertamente los derroteros del país van rodando por abismos muy peligrosos, no solo porque parece que en el camino los líderes en el gobierno nos van dando empujaditas a ver si terminamos de caer, sino porque el país entero parece estar sumergido en un letargo, o peor, están sentados en las gradas de un circo, viendo la presentación de los payasos, que nos hacen reír, pero que ocultan la verdadera tragedia tras bastidores.
Es por esto que cuando llego a algún lugar y me preguntan “¿y ahora qué dijo?”, sé que se refieren a las ya incontables intervenciones más que desacertadas del presidente en ejercicio de Venezuela, y que más que tristeza siento vergüenza, por evidenciar la profunda falta de todo lo mínimo que se requiere para alcanzar tan alta magistratura, y distraen no solo el pensamiento de la comunidad extranjera, sino hasta el mismo cotidiano del venezolano.
¿Cuántos no se levantaron un día de la semana pasada, haciendo chistes acerca de la “multiplicación de los penes”, o semanas antes cuando Nicolás ubicó geográficamente a Portugal en el mismo continente que Venezuela?
Tal vez el error de peces o panes por penes se deba a un simple lapsus (que le puede ocurrir a cualquiera), pero si revisan solo en internet hay docenas de portales que ya tienen dentro de sus primeras páginas la contabilidad de lo que han llamado “Maburradas”.
Y tal vez lo trágico no sea la ineptitud o falta de preparación del primer mandatario (si tuviera gente capaz a su alrededor tal vez hasta lo obviaría), lo grave de la cuestión es que se ha convertido en el payaso de Latinoamérica, del mundo y sobre todo de Venezuela, que con sus bufonadas hace que los graves problemas del país sean desplazados a las segundas y quizás terceras páginas de medios impresos, portales electrónicos y otros medios de comunicación y a segundos planos en los intereses de la población.
Por eso ahora cuando se preguntan “¿y ahora qué dijo?”, al lado de esas risas de quienes de él se burlan, yo no puedo contener un enorme sentimiento de vergüenza y desamparo ante lo que se ha convertido en la prioridad del país, por sobre la escasez, la corrupción, la crisis en salud, la inflación y tantos otros enormes problemas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Pilin, dale gracias a Venezuela que le abrio las puertas a tus antepasados terroristas europeos asesinos de guerra. vete por donde llegaste y llevate a tu raza contigo. Extranjera malagradecida. Buscate oficio! lo unico a lo que eres aspirante es a que te expatrien buena para nada!

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