Tengo días reflexionando acerca
de algo que leo u oigo de los simpatizante del gobierno venezolano, del actual
y del difunto, creo que tratando incluso de hacer recaer en un sentimiento de
culpa lo que yo “no vemos” de las virtudes del régimen a aquellos que como yo
lo criticamos tan duramente, comparando incluso los grandes desaciertos de
estos último 15 años con los grandes fracasos de los gobiernos anteriores en
Venezuela.
Entiendo en la intensión, como si tratara de
justificar lo injustificable, que si yo critico ahora estos enormes
equivocaciones ( por llamarlas de alguna
manera) debía criticar también los errores del pasado histórico, como para que
no se vieran tan fea la crisis actual y poder seguir justificando, en el libro
de los recuerdos el fracaso del presente.
Con muy buena memoria, los persistentes
“tuiteros” y “blogueros” enumeran muchas fallas de gobiernos en los que
alternativamente se cambiaron la silla presidencial, con el presunto agravante
de mencionar incluso algunos episodios de desabastecimiento ocurridos en
algunos contados períodos.
Luego de pensarlo unos días, me decido a
escribir, no una respuesta, más si una aclaratoria publica y personal: Si yo
hubiera tenido la oportunidad de escribir en algún medio nacional o internacional,
si por aquellos días se hubieran inventado las redes sociales, seguro que más
de una crítica mía hubieran leido a las cientos de situaciones, errores y malos
caminos que tomaron aquellos gobiernos anteriores que nos llevaron a esto que
hoy sufrimos los venezolanos.
Tal vez en alguna ocasión sentí
simpatía por uno u otro, tal vez en mis primeras elecciones deposité mi voto
por algún candidato de los que ganó ( ojo no por todos a los que se le echa la
culpa hoy, porque no tengo tantos años). Pero siempre con ojo crítico, hablé y
hasta debatí en el colegio, en la universidad, en la casa, en la fiesta pero
les aseguro, que nadie me tiro una lacrimógena, ni me llamó fascista ni mucho
menos me tachó de oligarca o para aquella época sería insulto, de comunista por disentir de quienes llevaban
en sus manos el poder.
Me equivoque muchas veces en mis primeras
apreciaciones. Pero este presente tiene 15 años dándome la razón. La corrupción
más grande de la historia venezolana se ha registrado en estos dos gobiernos
chavistas, la inflación más grande, la escases que bate records, la falta de
mantenimiento en las obras que existen y la muy pobre inversión en crecimiento
de la infraestructura nacional.
No recuerdo tanta desconfianza
internacional en invertir en el país como la que se sabe que existe en estos
tiempos, tantos presos políticos y mucho menos tanto acoso a la prensa nacional
(que si hubo presiones en otros épocas, pues claro, toda crítica incomoda)
pero la autocensura de muchos medios, o
la compra por parte del gobierno (cuando compran) porque sino se repite el
escándalo de RCTV (canal que si alguien no recuerda fue absurdamente cerrado
por el régimen).
Nunca los medios o las industrias habían
tenido tanto problema para conseguir divisas para comprar materia prima
necesaria para producir. Nunca como ahora los venezolanos emigran, en vez de
ser el país que por excelencia recibió a los vecinos y todo aquel que venido de
otras tierras sin oportunidades, las conseguían en Venezuela.
Esos errores del pasado dieron paso a las
magnas catástrofes del presente y si de algo se les puede culpar entones es de
haberle dado oportunidad de surgir al chavismo para que terminara de desbancar
a un país que en algún momento fue la tacita de plata de América Latina.
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