lunes, 1 de septiembre de 2014

Desde Panamá

Aunque lo sabía, las dimensiones se quedan cortas. Viajé a Ciudad de Panamá y no hubo un lugar donde, no solo encontré venezolanos,sino que muchos eran conocidos, amigos de otros amigos o personas con las que alguna vez había tenido algún contacto.
 Es sorprendente que las estadísticas estén superadas tan dramáticamente por la realidad.
Fue un viaje placentero, aunque con tintes agridulces. Retomar el contacto con viejas amistades, con mi amiga y hermana que tenía años sin ver, con mis primos que tampoco había visto hace mucho tiempo. Recordamos y añoramos. Nos reímos y compartimos experiencias, ellos en Panamá y nosotros en Colombia.
Aparte de algunos procesos distintos, visas, políticas migratorias, etc. la experiencia es a grandes rasgos similar. Arrancar de cero, acostumbrarse, hacer nuevos amigos, buscar trabajo, perderse en un ciudad nueva y desconocida, son algunos de los puntos de coincidencia, pero el mas resaltante: no estar con la familia en Venezuela cuando suceden eventos importantes, los buenos y los malos.
La mamá de Anni falleció hace poco tiempo, era una señora querida, que nos atendía y nos vigilaba las tareas cuando juntas estudiamos desde pequeñas en el colegio y se compartía responsabilidades con mi mamá, eramos muy pocos en un colegio pequeñito. Con Anni y su mamá, viajé por primera vez sin mis padres, y ellas viajaron con mi mamá y conmigo , algún tiempo después, en un crucero inolvidable. Pero Doñana se nos fue, y mi querida amiga no consiguió vuelo para ir al funeral de su mamá, ni al su primo quien también falleció semanas después de manera intempestiva. No había , ni para una emergencia, un pasaje a Venezuela.
 Pero no todas son tristezas, han nacido primitos hermosos, esperados, alegrías en nuestra familia, ni Adriana desde Panamá, ni yo desde Colombia hemos conseguido pasajes aéreos. No los conocemos, no hemos podido compartir la dicha con sus padres. Yo estoy planeando ir por tierra, porque desde Barranquilla no es "tan difícil", aunque la frontera está un poco tensa, con los cierres y el contrabando, pero igual me pongo a pesar en mis amigos y otros tantos de mi familia que no tienen la "facilidad" de hacerlo como yo.
Hablamos de eso, de como se están cerrando todas las puertas, de un país que siempre se caracterizo por justamente lo contrario, por su apertura, porque todos aquellos que partían a estudiar al exterior rechazaban trabajos fuera del país, porque al regresar, su propia tierra les ofrecía seguridad y trabajo, porque los que están afuera no tienen como entrar y los que están adentro no tienen como salir. Un país que tiene que buscar caminos y trochas para conectarse con el mundo. Un país que recibía inmigrantes a borbotones y ahora despide emigrantes por miles.

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