Ya termina la campaña electoral
venezolana, solo esperamos la decisión de los millones de venezolanos que este
domingo acudirán a las urnas.
Ya se acabó el tiempo de
encuestas aunque los rumores aun no decaen y corren como el agua, inventando
toda suerte de acciones para infundir miedo y evitar que la gente vaya a votar,
cosa que favorece mas al candidato de gobierno que a Henrique Capriles, por lo
que es fácil deducir de quien es el laboratorio maquiavélico que se ha dedicado
a fabricar estas bolas.
Seguimos viendo a un candidato
Comandante dedicado por entero a desprestigiar al oponente más fuerte que tiene
en esta contienda. Más de dos tercios de sus discursos los usa para insultar al
“flaco” como las voces populares han bautizado cariñosamente a Capriles. El
otro tercio del discurso gubernamental ha tratado de excusar cada una de las
promesas incumplidas, prometiendo lo ya prometido y ofreciendo lo ya ofrecido.
Por otra parte, la campaña de
Capriles ha ido en ascenso paulatino y sin descanso. Con un record a cuestas de
no haber perdido ninguna elección, el representante de la unidad opositora, no
ha sucumbido a la tentación de responder con insultos a los tanto proferidos
por su contrincante, ha demostrado que con tolerancia y argumentos se vence a
la incomprensión y a la oscuridad. Campaña poco común y jamás esperada en
tiempos de violencia, odios y rencores, ha apelado a la reconciliación como
arma para reconstruir un país separado por las ambiciones de un hombre y su
cuerda de acólitos ambiciosos de poder.
Para este domingo, hermanos
venezolanos en Barranquilla, acudamos a votar todos con esperanza y seguridad
que ese voto es su opinión y contará efectivamente para cambiar al país.
La patria no es lo que una
persona decide, la patria es la opinión y el esfuerzo de todos y cada uno de
sus ciudadanos.
Nuestra patria Venezuela no puede seguir
siendo un proyecto político y mucho menos ideológico.
Una patria sana y próspera es aquella que
tiene como principal objetivo el bienestar de todos sus ciudadanos sin
distingos políticos.
La patria no puede ser supeditada al mandato
de quien solo quiere perpetuar una idea, por encima de sus necesidades. No
permitamos que un presidente nos vuelva a decir que no importa que andemos desnudos
o que tengamos hambre, como ya lo dijo hace unos años, o como ahora que se nos
ha pedido que tampoco nos importe que no haya luz, ni agua, porque lo
importante es el consolidar una “revolución” caduca y obsoleta de ideales
arcaicos y vencidos.
Este 07 de octubre Venezuela decide su futuro.
Tengo fe que a partir del Lunes 08 amaneceremos
en el Camino del Progreso.
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