Lastimosamente en la Venezuela de
hoy, las cosas que en el pasado podían parecer imposibles, locas o fuera de la
ley, son el pan nuestro de cada día.
País sin Presidente. Gobernado
por una dupla, que trata sin éxito de aparecer como los grandes amigos y
compañeros y con mucho menos éxito dirigir al Estado, donde no se ha visto el
menor atisbo de capacidad para solucionar ninguno de los graves problemas que
desde hace ya bastante tiempo golpean a la nación.
Hace ya muchos más días de los
que una nación coherente pudiera aguantar, el presidente electo está fuera del
territorio nacional. No se sabe de él más que efímeras y poco concretas
informaciones. Con testimonios del tipo: ya está haciendo ejercicio, para luego
informar que estaba muy delicado y luego en franca recuperación y casi que
regresa, para contradecirse enseguida con un similar “por ahora” el retorno del
presidente no es posible, nos han tenido en ascuas, no solo a todos quienes nos
oponemos a sus ideas y prácticas gubernamentales sino a sus propios
partidarios, que siguen en incertidumbre.
Ahora, luego de sufrir de un
Comandante Presidente parlanchín, tuitero, que no vacilaba en hacerle una
llamada telefónica a “su pueblo” para a veces solo cantarles o recitarles
algunas de sus favoritos recuerdos, sin más misión que comunicarse cuando
estaba fuera del territorio nacional, nos hacen ahora el teatro, que el gran
orador solo escribe cartas, en ocasiones tan largas que superan los 4 pliegos.
Con estas misivas al pueblo, a
las reuniones cumbres de organismos internacionales, al congreso venezolano y
demás, se pretende suplantar la presencia del elegido en los últimos comicios y
por sobre todo tratar de demostrar que el convaleciente está bien, que los
Castro no son los que mandan, que el dúo a cargo del país solo cumple instrucciones
expresamente indicadas en esas líneas.
Si es así la cosa, por qué si es capaz
de escribir tan largos recados, no es capaz de dirigirse a la nación, o si no
es capaz de sostener la pluma y son el resultado de largos dictados (cónsonos con
lo largo de las comunicaciones) con más razón debería poder hacer aunque sea
una llamadita… Digo yo.
Lo cierto es que, en la nueva
realidad absurda venezolana, tenemos un dúo gobernante que no gobierna porque según
ellos solo están encargados de ejecutar las órdenes de un presidente que no
está y pero que¿manda por correspondencia?.
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