Hace un par de semanas he querido
comentar acerca del vil asesinato del diputado del oficialismo venezolano
Robert Serra, no porque tenga investigaciones alrededor del caso, mayores de
las que ya han escrito en algunos diarios venezolanos, sino para comentar las
acciones que alrededor de este crimen, se llevaron a cabo.
Empezamos por el sincero repudio que el grupo
amplio de la oposición venezolana hizo de este hecho, a lo que el flamante
presidente de la Asamblea venezolana responde con displicencia que no quieren
las condolencias de la oposición. Pero no solo este gesto revela, que de parte
de los oficialistas no hay ni un ápice de apertura al resto del país (hoy en día
más de la mitad de la población califica muy mal al gobierno), sino que en una
intervención el propio Maduro se queja de no haber recibido señales de repudio
de los opositores hacia el homicidio. Y a mí no me queda sino pensar que el que
ejerce como presidente de todos los venezolanos no oye ni a los propios. Pero
grave también la violación del secreto sumarial, cuando Maduro declara públicamente
detalles que deberían estar reservados solo al expediente del caso. No se respeta
ninguna ley ya en el país.
Acusaciones van y vienen. Desde hampa común,
crimen pasional hasta infiltración de la paramilicia colombiana, con nombres y todo
del supuesto grupo que está operando en el país. Se acusa libremente. Se dan
cifras de capturados, que entre los mismos personeros del gobierno, cambia
según la necesidad de dramatismo que requiera la ocasión. Completamente
irresponsable.
Es así, como a los muy pocos
días, también ocurre un enfrentamiento entre cuerpos de seguridad y un “colectivo”,
otro grupo armado amigo del gobierno, de los más influyentes se creía, y según
declaraciones de su líder, muerto luego en el enfrentamiento, enemigos de
Diosdado y del recientemente destituido general Ministro del Interior.
Ahora, vuelve la puerca al río medirán ustedes
mis amables lectores, un grupo, organizado, que se uniforma y está armado, con líneas
de jerarquía entre sus miembros y no está adscrito a ningún cuerpo de seguridad
del estado ¿qué es?, yo les respondo: Paramilitares, pero de los más criollitos
venezolanos.
Resultado del enfrentamiento: la “destitución”
negociada del Gral Rodriguez Torres, algunos movimientos de piezas en el
gobierno, los CICPC (policía del servicio de investigaciones) presos y los
muertos producto del enfrentamiento entre los que se encuentra el líder del grupo
quién aparte de tener un sinnúmero de fotos con los altos jerarcas de la
revolución, en poses muy amistosas, acusó he hizo responsable al propio
Diosdado de “cualquier cosa” que le pudiera pasar.
Y esta semana para remate, la
niñera de Jaua, otro ministro del gabinete, es sorprendida a su arribo a Brasil
armada y con municiones para el arma que portaba (en suficiente cantidad) y con
documentos que se supone son un plan para acabar con la oposición nacional e
internacional. Broche de oro…
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