jueves, 17 de enero de 2013

El Diario

Ciertamente he estado tentada a buscar ese diario que durante un año llevé con los detalles de mi experiencia como Miss Mundo.
Paginas que fui escribiendo día a día salvo aquellos que y estando de vacaciones, me parecieron para aquella época, poco memorable. Hoy creo que fue un error, porque haciendo memoria de los días de descanso, me remonto a sucesos bastante peculiares.
Debo confesar que la intención de llevar el diario fue guardar en la memoria escrita los detalles prácticos y estadísticos de esos días. Mi entrenamiento matemático así lo exigía. En ese cuaderno están plasmadas horas de vuelo, número de ciudades, nombres de hoteles y números de las habitaciones que me tocó ocupar. También algunos nombres de gente que conocí, que saludé o con quienes trabajé. Muy pocos detalles serios como sentimientos, desilusiones, sinsabores o alegrías.Hoy estoy segura que eso es lo que hubiera querido recordar con precisión.
Pero si de confesiones se trata, también debo admitir que no he vuelto a abrir las paginas de aquel compañero de viaje. No me atrevo a consultar fuente exacta de recuerdos que vayan a alterar las memorias que mi cabeza ha hecho de aquellos días.
Es la selección de esas memorias, por mas exacto que pueda haberse escrito en un papel, lo que realmente mi ser quiere atesorar.
Alguna vez llegué a pensar que esas paginas, ya polvorientas y quien sabe de qué color se habrán vuelto, podrían convertirse en un libro, tal vez en algo que las aspirantes a "reinas" pudieran consultar.
Pasados tantos años, con tantos cambios, en lo tecnológico, en las comunicaciones, en la forma de ver el futuro y el presente inclusive, pudiera ser obsoletas las experiencias de vida, o de viaje.
Por ejemplo hoy desde cualquier lugar del mundo las muchachas pueden comunicarse con cualquiera con la sola conexión a una red social, con sus familias por teléfonos celulares, por skype, por google talk, y pare de contar. Yo debía esperar hasta llegar al hotel, solicitar la llamada y en algunos pocos podía discar directamente. 
Las fotos debían esperar el arribo a algún país para revelar el rollo, y muchos mas días para que la familia y amigos las disfruten con uno.
Por los 80´s se enviaban postales todavía, con paisajes hermosos pero casi en serie de cada ciudad visitada.
Hoy en día cada paso, cada foto, cada palabra puede ser seguida por quien tenga acceso al mundo de la electrónica, con conocimiento o no, en tiempo real.
Quedaron entonces las experiencias caducas para esta generación.
Aquel diario de detalles solo para los nietos  que se reirán de los sucesos y complicaciones, de las largas horas de vuelo, de las esperas en cada aeropuerto, de las postales , de las cartas y de los telegramas que usábamos para comunicarnos.
Escribiré entonces algun día esos recuerdo que guarda mi memoria con el acento en sepia, como quien escribe de tiempos mas que remotos, de otras épocas de otro siglo.

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