miércoles, 9 de enero de 2013

10 de enero


Imposible no seguir comentando lo que esta semana será el más difundido acontecimiento latinoamericano, sobre todo en lo que a política se trata.
Mañana, 10 de enero, vence el plazo constitucional y comunicacional en Venezuela, para conocer cuál es la verdad sobre el rumbo que tomará la política del país, entendiendo que de lo que ocurra se sabrá (según los escenarios más probables), sin ningún tipo de cortinas ni velos, lo que ya bastante he comentado: el gobierno chavista es ilegítimo y de carácter absolutamente dictatorial.
El 10 de enero, según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es el día cuando debe juramentarse el Presidente Electo, sin conceder ninguna otra fecha, ni ser ambigua en este sentido.
Los chavistas, aferrados al poder y sin, por supuesto, ningunas ganas de abandonarlo, se han volcado hacia la tesis del continuismo, tratando de versionar e interpretar a la ligera algo que sin la menor posibilidad de duda está descrito en la Constitución, fabricada bajo la tutela del propio Comandante-Presidente enfermo, cuando aún no sospechaba que él no era inmortal.
En su afán de poder han incluso obviado las mismas disposiciones de su Comandante en Jefe, pretendiendo mantener al Vicepresidente como jefe del Gobierno y esperar a ver, indefinidamente, qué pasa, con los ojos y esperanzas puestos en Cuba, a sabiendas de que el verdadero aglutinador de las simpatías del pueblo chavista es el carisma, sin que me quede la menor duda, del que hoy es el enfermo más comentado de la región.
El pueblo chavista votó por Chávez, no por Maduro ni por Diosdado. Aunque la Ley contempla que ante la ausencia absoluta del Presidente de la República, será el Presidente del Congreso, Diosdado Cabello en este caso, quien ocupe el cargo, y este debe convocar a elecciones en un plazo de 30 días. Es entonces cuando Maduro tendría oportunidad, como candidato, como el propio Jefe lo pidió, de postularse a la Presidencia.
Pero el 10 de enero se acaba el mandato, no solo del Presidente en ejercicio, sino de Maduro, vicepresidente nombrado, no electo, y de todo el tren ejecutivo, para lo cual la juramentación y posterior nombramiento de autoridades estaría a cargo de quien ejerza la Presidencia del nuevo periodo constitucional. Aquí no hay más interpretación.
Los venezolanos que votaron por Chávez deben estar alerta, le quieren imponer a otro distinto a su presidente electo, ese no es el ídolo que ustedes veneran.
Pero en el mundo al revés que vivimos en Venezuela solo queda esperar. A los líderes de la oposición, actuar. A los gobiernos que nos miran, estar atentos a cualquier nueva violación a la democracia.
¡Amanecerá y veremos!

Publicado en El  Heraldo, Barranquilla, Colombia

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