martes, 11 de octubre de 2011

Las mentiras como discurso

Si bien es cierto que los discursos políticos, tanto de aspirantes como de gobernantes, siempre han estado plagados de verdades a medias, de promesas imposibles pero bonitas, de mentiritas… bueno mentirotas, grandes, ambiciosas, no es menos cierto que estas falsedades salen a relucir muy rápido y desenmascaran a quien las produjo.
Lo que más me llama la atención y me preocupa, es que a pesar de que cada una de estos embustes, grandes, enormes, sea puesto en evidencia con pruebas, papeles en mano, encuestas , fotos, videos y todo cuanto material pueda estar a disposición, cientos y miles de personas sigan a fe ciega a estos enormes mentirosos.
Lo vemos en el día a día, en cada línea que leemos o en cada noticia que oímos o vemos.
Es tanta la variedad de estas promesas que es casi imposible nombrarlas en una sola cuartilla, pero lo que es grave aún es que una vez revelada la falta, con un caradurísmo digno de estudio psicológico, se vuelve a mentir sobre la mentira, se escusa con más mentiras y todo se vuele un enredado de disfraces, que se pierde en sentido de la realidad.
 A esta escenario no hay que ponerle nombre ni país, yo pudiera hablar del mío, con estadísticas en mano que salen todos los días en todos los medios nacionales e internacionales, pero creo que muchos de mis lectores en alguna oportunidad o en muchas oportunidades se han sentido frustrados con las promesas o las escusas de sus gobernantes. En Venezuela es un mal de cada día, de todos los días, de una excusa tras otra, de una mentira tras otra, de ocultar realidades que es también una forma de mentir.
Se miente en todos los ámbitos nacionales, se mientes en las relaciones internacionales, se ocultan los compromisos, se revelan las verdades a medias.
¿Así se gobierna? A si se ganan votos…
¿Pero debe seguir siendo siempre esa la “verdad” política de nuestros países? ¿Será una utopía pensar que podemos gobernar nuestros países con la verdad y la sinceridad en la mano, con las manos limpias y la conciencia más limpia aún?
Sigo siendo una ingenua en este campo pero creo que podemos llegar bastante cerca de hacerlo si como pueblo pensante y dueño de los votos, como amos nuestros países, como jefes supremos de cada uno de los políticos que en algún momento asumen los cargos de dirección de los poderes, exigimos, vetamos, reclamamos y no olvidamos.

1 comentarios:

Antony Sampayo dijo...

Lastimosamente es así, Pili, muchos lideres a nivel mundial llegan al poder cimentando sus campañas en grandes mentiras, nada se puede hacer, pero comparto tus anhelos, ojala las cosas cambien y la verdad sea la que impere en todo por el bien de todos

Besos.

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